martes, 2 de octubre de 2007

Inmensa


La gente cada día está peor. Hoy quiero hablar de un caso que me entusiasma, el de Tania Head. Por partes: esta señorita sufrió supuestamente en sus carnes (nunca mejor dicho) los atentados de las Torres Gemelas del 11-S, y llegó a ser presidenta de su Asociación de Víctimas. El problema es que ni estuvo allí, ni se llama Tania.

La poco agraciada dama de la fotografía se llama en realidad Alicia Esteve Head, es catalana de madre inglesa, y de víctima, nada de nada. Es más, en septiembre de 2001 se hallaba cómodamente sentada en un aula de ESADE (ocupando dos asientos, por supuesto), en Barcelona, empezando un posgrado. Vamos, que estamos hablando de una impostora del nivel del presidente de la Asociación de Víctimas de Mathausen, Enric Marco, un tierno abuelete que había vivido de eso durante años y que casi ni sabía ni dónde estaba Austria.

Los que pueden presumir de haber conocido a Alicia Esteve Head dicen que era una persona con graves carencias afectivas (raro, muy raro ...) y, cito textualmente el testimonio de un compañero de clase, "se mataba trabajando porque, de alguna manera, sabía que sólo destacaría en lo laboral y lo económico". Dicen que a un compañero le regaló una cazadora de piel y que una vez cerró el Mirablau para celebrar una fiesta con los 'compis'. Y cuentan también que un desengaño amoroso la marcó mucho. Debía ser el de la cazadora de piel. Rica, pero desgraciada.

Más datos. En otoño de 2001 llegó con una prótesis en el brazo. Decía que había sido por culpa de un accidente con un Ferrari. Pues debía ir tumbada sobre el capó, porque con lo pequeños que son por dentro ... Bien, pues esa misma prótesis en EEUU le sirvió para decir que había sufrido heridas en el derrumbe de las Torres. ¡Ah! Y que su novio, un tal Dave, había muerto en los atentados. Ya, novio ... y qué más! Más testimonios: "afirmaba que pertenecía a la familia de de los Laboratorios Esteve, hecho incierto. Decía que Bill Clinton había cenado en su casa en su última visita a Barcelona". ¡Crack! Menuda capacidad de fabular. Lo digo ya, porque si no reviento: gorda, resentida y embustera.

Y de momento sólo sabemos la parte "española" de su historia. Ardo en ansias por conocer la versión americana: cómo engañó a todo el mundo hasta llegar a presidir la Asociación. Seguro que también nos pegaremos unas risas. La gente está como una regadera.

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