sábado, 14 de julio de 2007

No se dejen engañar


Topo Giggio, Mickey Mouse, Stuart Little, el Ratoncito Pérez ... todos son monísimos i todos nos resultan entrañables y simpáticos cuando somos niños. Pero cuando crecemos, descubrimos la verdad: el ratón es el más gran cabrón. ¡Qué engañados hemos vivido!

El pasado miércoles arranco mi modesto Seat. Hasta aquí todo normal. Pero cuando paro en el primer semáforo, Diputación con Pau Claris, me percato de un testigo luminoso encendido en el panel del coche. Es uno con forma de motor. Evidentemente, yo no tengo la más remota idea de qué significa, y recurro al manual. Página 82, dice así: "Avería en el sistema de control de emisiones". Llamo a mi taller habitual y me dan cita para el viernes.

Llega el día. Me cogen el coche con un "tranquilo, que seguro que no es nada, algún fallo del sistema que evita que el coche contamine, y te entrará en garantía". Buf. Bendita garantía. Pero al mediodía suena el teléfono. Un chico con acento de Con·nellà me da la noticia: "la garantía no te cubre esta reparación" ¿Comorl? "Tienes cables roídos" ¿Roídos? Yo no suelo morder los cables. "Por un roedor" me aclara. Mi única respuesta: "Yo flipo". ¿Un ratón? ¿En mi motor? ¿Por qué entra? Y lo mejor: ¿por qué narices muerde plástico? Me documento en Google. Parece que no es una cosa tan rara. Es más habitual de lo que parece. Suben por las ruedas y una vez dentro mordisquean lo que encuentran. Y especialmente los cables. Dicen que les encantan. Incluso aseguran que dejaron a oscuras un pueblo de Galicia porque roían los cables de las farolas. En el taller me enseñan los cables que han cambiado. Están realmente mordisqueados. 38€ que pago gustosamente. Pero ¿a quién se los reclamo? El ratón no creo que lleve suelto encima.

Mi única posibilidad de venganza pasa por su muerte. En mi plaza de parquing ya hay cuatro bolsitas con veneno: una para Mickey, una para Stuart, una para Pérez y una para Giggio. Cuatro grandes cabrones. "Una única ingestión", reza la caja. A ver si hay suerte. Malditos roedores.

No hay comentarios: